Con el sol naciente el pecho me desnudé
y con todas mis fuerzas el corazón me agarré
latiendo entre mis manos te lo ofrecí
y te dije que ya no lo necesito sino late por ti
a lo que me respondiste:
No seré yo quien me lo lleve,
y cuidalo como un tesoro
para que sólo se lo ofrezcas a quien realmente se lo merece...