Áspero camino
sufrido y disfrutado
sus manos, la meta
el premio, su sonrisa
el suelo blando, algodonado,
las miradas extrañadas
de aquella entrevista
y detrás escondido
el huidizo brote
de la malvada semilla
tan tierno, tan joven
y ya lleno de espinas.
La luz de la mañana
afilada, tibia,
rasga la cortina oscura
abofetea su cara
unos saltos rojos
la voz estancada
dos pares de ojos atentos
cuatro cálidas manos.