Qué bonita va a quedar
esta vieja ciudad,
sus canas plateadas
deslumbran al personal,
la brillante catedral
tan digna como siempre,
pasan las generaciones,
tanta gente cada día
se queda de piedra
dentro y fuera de ella,
no quieren cartones
ni tiendas de campaña,
por toda la zona,
la imagen perfecta
sin presencias molestas,
ése no es su lugar,
aunque hayan baños públicos,
cierto resguardo y algo de paz,
meten lo que no quieren
debajo de la alfombra.