Corren por los montes
los rebeldes jabatos,
de noche y de día,
con los ojos cerrados,
románticos suicidas,
libres, libres, ¿demasiado?
saben que no habrá clemencia,
una extraña fuerza
les impide arrodillarse
ante el nuevo orden criminal,
se arremolina dentro,
y no para de girar,
la fuente cristalina
de donde brota la energía,
su vida es la lucha,
ponen palos en las ruedas,
una absoluta minoría
con la guerra perdida.