Amistad Bilbao  17 sep 2023

No hago monólogos, sólo quería hablar alguna vez

Monólogos

Se me acusa de dedicarme a monólogos. No de los supuestamente graciosos popularizados por una imitación servil de la stand-up comedy estadounidense (cuanto más se les odia tanto más se les copia en todas las modas estéticas e ideológicas y no en lo que les ha permitido ser una democracia liberal más de 250 años). Es difícil poder entablar un diálogo en un chat general, probablemente el peor invento en materia de redes sociales. Siempre hay gente ociosa dispuesta a embestir contra el primero que se salga de la santísima trinidad de fiestas, alcohol y ligues reales o imaginarios. Hay una herramienta que se llama bloquear – en otros sitios ignore, que obra milagros para dejar de leer a quien no te interesa. No hace falta descalificar sistemáticamente porque hay un dicho inglés con el que no estoy de acuerdo plenamente: sticks and stones may break my bones, (but words can never hurt me) – palos y piedras pueden romperme los huesos (pero las palabras nunca pueden herirme). Es falso. Cada agresión verbal duele, no lo mismo, por supuesto, que las físicas pero contribuyen a la baja autoestima y al deseo de desaparecer de cualquier contexto donde haya que tratar con gente o incluso de poner punto final. Y las ideaciones suicidas no tienen nada de glamurosas aunque hagan series en las plataformas de pago – tal vez para promover su puesta en práctica entre los más sugestionables.

Algo que contribuiría a la reducción de la impunidad de las divas y los matones sería la obligatoriedad de un registro con nombre y DNI, aunque los expertos afirman que también se pueden generar DNIs falsos, porque lo de la foto como garantía de que estás hablando con alguien real falla del todo. SI hacemos caso a ese criterio, podéis hablar hasta con Carmen Lomana, y es extraño que se pierda por aquí dejando la vida mundana de la capital. Y luego están los sabuesos dedicados a localizar a usuarios, diciendo éste es aquel, a por él. Gracias por su fidelidad perruna a sus amos.

No pienso huir de nuevo y borrar el perfil. Quedará tal cual como testimonio y advertencia a incautos con problemas de ansiedad social que crean que la experiencia en el mundo virtual va a ser más gratificante que en el único mundo realmente existente. Por supuesto, no voy a volver a entrar en el chat general ni voy a seguir a nadie en la página – algo que parece despierta indignación incoherente. Si no quieren que las sigan, que lo pongan en una breve nota en su perfil, o directamente que no entren. Tampoco creo que merezca la pena hablar con nadie en chat privado porque no sería descartable que me tiendan una celada, convenciendo a otra persona con la que no haya tenido trato anteriormente para descubrirme y darme lo que ellos consideran que es mi merecido por entrometerme. Es patético pero a esto lleva el deseo de formar parte del grupo y obedecer a los machos y hembras alfas de la manada


https://www.youtube.com/watch?v=ssGqxC7j2bw

No sabes cómo sufrí (María Ostiz)





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